Mi rey favorito

Anoche no pude dormir casi nada. Mi madre me dijo que íbamos a ver a Baltasar, que es mi rey favorito. A muchos niños de mi clase les asusta, pero a mí no. Es el que más sonríe, y me encanta el turbante que lleva en la cabeza. Además como casi todos los niños eligen a Gaspar o Melchor, pues siempre pienso que Baltasar se acordará más de mí y me reconocerá mejor cuando me vea. Había una cola muy muy larga con un montón de niños cuando llegamos. En Barcelona todas las colas son infinitas. Y me cansé un montón cuando nos íbamos acercando al trono. Me dolían ya las piernas y mi madre también estaba cansada de escuchar nuestras quejas. Pero de repente ví los escalones de terciopelo bajo mis zapatos gastados y se me olvidó todo. Uno a uno los subí y me entraron mil mariposas en el estómago.. Miré hacia arriba, y allí estaba él, sonriéndome como siempre, sólo que esta vez sabía que me estaba mirando solo a mí, no como en las cabalgatas, donde siempre dudo de si me ha visto o no, o si se acordara de donde vivo. No me acuerdo muy bien qué me dijo, estaba muy nerviosa. Solo recuerdo la conmoción que le causó a mi pobre hermanito pequeño, que de repente se despertó en sus brazos y por poco le da un ataque. No paraba de llorar. Entre sus gritos me acerqué más a él y le oí preguntarme qué quería ese año. Menos mal que me acordé y entre balbuceos logré mencionar: la noria de las barriguitas y una Leslie. Por la forma en que me miró supe que me los ibas a traer. Él y yo sabemos que me porto bastante bien. No me peleo con mis hermanos y no protesto casi nada. Si estoy triste me lo guardo para que mi madre no se enfade demasiado, y no grito ni nada de eso. Él y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo. En el fondo sé que no necesito convencerle. ¿Verdad Baltasar? ¡Te quiero tanto!

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